Las nubes traen regalos, casi siempre mensajes secretos, jeroglíficos descifrables, palabras ocultas. El de ayer estaba clarísimo: secreto, ambición, magia, relax. Y cada cual que saque sus conclusiones…
Me supera el ansia de hundir los pies en la arena, de escribir entre matas, de marear la perdiz, de dormir hasta el nuevo enero, de sacar mi cara más dura y emprender la senda secreta. Aprovechando que llueve a mares, cogeré carrerilla para saltar el charco más grande de todo Madrid y mojarme la melena. Es hora de que el mundo entero sepa que, desgraciadamente, no todos los caminos llevan a Roma.
¿Por qué nadie me ha dicho que estamos en primavera? ¡Y yo sin darme cuenta! Ya no tengo remordimientos, aunque sea por poco tiempo, mi actitud gilipollesca está justificada.
Algo raro le pasa a este color. Últimamente se hace de rogar y dondequiera que miro, allí está él. Brillante, retorcido, chismoso. No sé qué hay detrás de todo esto, tampoco sé si llegaré a saberlo. Y para colmo de males, alguien insinuó que estoy verde, muy verde…
Las palabras que nacían sin quererlo ella misma, como flores silvestres que no hay que regar, eran las que más le gustaban, las que le daban más felicidad, porque sólo las entendía ella. Las repetía muchas veces, entre dientes, para ver cómo sonaban, y las llamaba "farfanías". Casi siempre le hacían reír. -Pero ¿de qué te ríes? ¿Por qué mueves los labios? -le preguntaba su madre, mirándola con inquietud. -Por nada. Hablo bajito. -¿Pero con quién? -Conmigo; es un juego. Invento farfanías y las digo y me río, porque suenan muy gracioso. -¿Que inventas qué? -Farfanías. -¿Y eso qué quiere decir? -Nada. Casi nunca quieren decir nada. Pero algunas veces sí.
Caperucita en Manhattan. Carmen Martín Gaite
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Reserva de Palabras es un espacio virtual dedicado a la lengua, que intenta mantener vivas las palabras que han caído en desuso y los términos que los hablantes encuentran amenazados por la pobreza léxica, los extranjerismos o los eufemismos. Os invito a visitar www.reservadepalabras.org y a reservar vuestra palabra favorita. Yo elijo bártulos, me parece ¡tan útil!