jueves, 28 de enero de 2010

Dibújame tu sonrisa

Años atrás me dio por coleccionar piedras. Pedruscos irregulares provenientes de cualquier rincón de la tierra, insignificantes o no. Hoy he pensado un nuevo tema para mi próxima colección. Quiere decir que, a partir de este preciso momento, propongo convertirme en una millonaria de sonrisas. ¿Me das la tuya?

domingo, 24 de enero de 2010

El paraíso del timbre

Me encanta pulsar timbres. El crujido del plástico, el simpático ding-dong. He descubierto un lugar fantástico donde existen millones de timbres; un centro de ocio con entrada libre al que acudir para descargar adrenalina probándolos todos, uno detrás de otro. Y si por alguna casualidad no encuentras el que buscas, los profesionales del timbre se ponen manos a la obra y lo fabrican de inmediato. ¿Qué más se puede pedir?

viernes, 15 de enero de 2010

El muro

Un consejo para todos aquellos que como yo... van como una moto.
(Me encanta esta expresión)

lunes, 11 de enero de 2010

S.O.S

-Entonces, señorita, ¿qué es lo que le gustaría que hiciese por usted?
-Cualquier cosa para conseguir que él se enamore ciegamente de mi.
-Quizás no se haya percatado de que en la puerta de mi consulta dice "psicoterapeuta", no "aprendiente de brujería".
-Ah... ¿acaso hay alguna diferencia?

jueves, 7 de enero de 2010

Pasó la befana

Hoy hace tarde de sofá, acomodaos con la manta y un poco de chocolate en mano... Os contaré una historia divertida que muchos de vosotros no conoceréis.

Cuentan, según la tradición italiana, que cuando se perdieron los Reyes Magos de camino a Belén pidieron ayuda a una anciana para que ésta les guiase hacia el lugar donde se encontraba Jesús. A pesar de las súplicas de los Reyes, la anciana no accedió y se quedó en su casa pero, después de pensárselo dos veces, se arrepintió y salió corriendo a su encuentro con una cesta repleta de dulces en la mano. Pero ni rastro de los Reyes. Entonces, se le ocurrió una magnífica idea:
-Entraré en cada una de las casas que encuentre a mi paso y dejaré un dulce para cada niño, sólo así conseguiré entregarle mi ofrenda al niño Jesús -pensó para sí misma.

Desde entonces, en señal de arrepentimiento, cada 6 de enero la fea viejecita monta en su escoba y acude a las casas de todos lo niños de Italia para llenar con regalos y caramelos los calcetines que éstos cuelgan en las chimeneas de sus casas.

martes, 5 de enero de 2010

Estás hilado

A veces, a ratos, me acomodo en un rincón y empiezo a hilarte. Ya casi te tengo terminado. Has quedado un muñeco muy guapo, pero te advierto que vacío. Mándame la maleta donde escondes las notas de amor y metámoslas dentro... ¡Quién sabe si algún día te conviertas en mi poema favorito!