Eduardo, era un dragón de esos de cara verde alargada, cola terminada en forma de flecha, ceño fruncido, un poco miope y muy despistado. Era un Dragón nómada, no le gustaba vivir con los suyos y encima estaba mal visto por los humanos, y siempre tenia que salir por piernas o ayudado por sus alas voladoras cuando algún cazador de dragones se empeñaba una y otra vez en hacerse con su piel unos pantalones o un chaleco. Eduardo vivía en las montañas, normalmente ayudaba a los campesinos a trabajar sus tierras, ayudaba soltar los rebaños Y hacia de mula de tiro para transportar las cargas, su morada era una caverna muy bien decorada con maderas del bosque y su cama eran los helechos de un río y heno de trigo. Al vivir en un sitio tan frío y bañarse en los ibones y ríos de aquellos sitios y beber su agua, hacia que su temperatura corporal descendiese así, con el paso del tiempo y con los largos inviernos, ya casi no recordaba que podía sacar fuego por la boca. Eduardo era un dragón feliz, le conocían por donde andaba, No hacia daño y ni siquiera, tenía la capacidad de asustar a los niños ni las abuelas, todo lo contrario, los niños le buscaban para ir a jugar a las praderas de los valles y las abuelas se aprovechaban de él usándolo, como transporte de sus fajos de leña. Este otoño una vez mas, se vería obligado a emigrar, el cazador de dragones quería ropa nueva y Eduardo sabia que era un dragón de piel brillante, de los pocos que ya quedaban. Y así ocurrió…una vez más y por la espalda una noche notó un dolor agudo ¡como una aguja! , el cazador de dragones le había clavado una flecha en medio de la espalda. Eduardo no quería peleas. Y desplegó sus pequeñas alas echándose a volar hacia su cueva secreta y allí curar sus heridas. Conforme volaba por encima de las montañas soltaba gotitas de sangre que sembraban las cimas de las montañas blancas cubiertas de nieve. De cada gotita nació una flor. Esa flor representa el valor, el coraje y el amor que Eduardo tenia. El color de la flor lo tomo de la luna, mientras Eduardo volaba de noche las gotitas de sangre lo adoptaron asì. Con el paso de los años, los dragones desparecieron, -pero no todos- aquellos que tengáis la suerte de poder encontrar esta flor quizás sea porque Eduardo no desapareció y su cueva secreta esta cerca. Merci Raquel.Jòse El ex_anónimo. PD:Aquí el único que pone los cuentos y los termina, soy yo....manda narices ( o napias )
Cada día estoy peor, he tenido que repasar todo los post desde el primero porque dudaba de si ya te habia contado lo que te voy a escribir, cosa que era bastante probable porque me viene a menudo a la cabeza y porque soy como los abuelinos, tengo cuatro historias y las repito hasta la saciedad convencido de que es la primera vez que las cuento. No lo he encontrado, así que creo que no es "repe", pero en caso de que lo sea, acepta mis disculpas.
PRIMER Y ÚLTIMO CAPÍTULO.
Alguien dijo una vez: "Si deseas algo con mucha fuerza déjalo en libertad. Si vuelve a ti, será tuyo para siempre; si no regresa, no te pertenecía desde un principio."
Hola, iba a decir algo al respecto, pero viendo que no tengo ni tanta imaginación ni escribo tan bien como todos los del blog, me voy a limitar a saludar. Son, mantenme informada de los viajes y demás
Las palabras que nacían sin quererlo ella misma, como flores silvestres que no hay que regar, eran las que más le gustaban, las que le daban más felicidad, porque sólo las entendía ella. Las repetía muchas veces, entre dientes, para ver cómo sonaban, y las llamaba "farfanías". Casi siempre le hacían reír. -Pero ¿de qué te ríes? ¿Por qué mueves los labios? -le preguntaba su madre, mirándola con inquietud. -Por nada. Hablo bajito. -¿Pero con quién? -Conmigo; es un juego. Invento farfanías y las digo y me río, porque suenan muy gracioso. -¿Que inventas qué? -Farfanías. -¿Y eso qué quiere decir? -Nada. Casi nunca quieren decir nada. Pero algunas veces sí.
Caperucita en Manhattan. Carmen Martín Gaite
Apadrina una palabra
Reserva de Palabras es un espacio virtual dedicado a la lengua, que intenta mantener vivas las palabras que han caído en desuso y los términos que los hablantes encuentran amenazados por la pobreza léxica, los extranjerismos o los eufemismos. Os invito a visitar www.reservadepalabras.org y a reservar vuestra palabra favorita. Yo elijo bártulos, me parece ¡tan útil!
6 comentarios:
non sempre torna...
dipende da come finisce quello prima..
e poi a me nn m ha mai avvisato prima di arrivare..
è un maleducato:)
Besito
Eduardo, era un dragón de esos de cara verde alargada, cola terminada en forma de flecha, ceño fruncido, un poco miope y muy despistado.
Era un Dragón nómada, no le gustaba vivir con los suyos y encima estaba mal visto por los humanos, y siempre tenia que salir por piernas o ayudado por sus alas voladoras cuando algún cazador de dragones se empeñaba una y otra vez en hacerse con su piel unos pantalones o un chaleco.
Eduardo vivía en las montañas, normalmente ayudaba a los campesinos a trabajar sus tierras, ayudaba soltar los rebaños
Y hacia de mula de tiro para transportar las cargas, su morada era una caverna muy bien decorada con maderas del bosque y su cama eran los helechos de un río y heno de trigo.
Al vivir en un sitio tan frío y bañarse en los ibones y ríos de aquellos sitios y beber su agua, hacia que su temperatura corporal descendiese así, con el paso del tiempo y con los largos inviernos, ya casi no recordaba que podía sacar fuego por la boca.
Eduardo era un dragón feliz, le conocían por donde andaba,
No hacia daño y ni siquiera, tenía la capacidad de asustar a los niños ni las abuelas, todo lo contrario, los niños le buscaban para ir a jugar a las praderas de los valles y las abuelas se aprovechaban de él usándolo, como transporte de sus fajos de leña.
Este otoño una vez mas, se vería obligado a emigrar, el cazador de dragones quería ropa nueva y Eduardo sabia que era un dragón de piel brillante, de los pocos que ya quedaban.
Y así ocurrió…una vez más y por la espalda una noche notó
un dolor agudo ¡como una aguja! , el cazador de dragones le había clavado una flecha en medio de la espalda.
Eduardo no quería peleas. Y desplegó sus pequeñas alas echándose a volar hacia su cueva secreta y allí curar sus heridas.
Conforme volaba por encima de las montañas soltaba gotitas de sangre que sembraban las cimas de las montañas blancas cubiertas de nieve. De cada gotita nació una flor. Esa flor representa el valor, el coraje y el amor que Eduardo tenia.
El color de la flor lo tomo de la luna, mientras Eduardo volaba de noche las gotitas de sangre lo adoptaron asì.
Con el paso de los años, los dragones desparecieron, -pero no todos- aquellos que tengáis la suerte de poder encontrar esta flor quizás sea porque Eduardo no desapareció y su cueva secreta esta cerca.
Merci Raquel.Jòse
El ex_anónimo.
PD:Aquí el único que pone los cuentos y los termina, soy yo....manda narices ( o napias )
Io non capisco nulla, si prega di Traduzione.
grazie Farfallino.
PRÓLOGO
Cada día estoy peor, he tenido que repasar todo los post desde el primero porque dudaba de si ya te habia contado lo que te voy a escribir, cosa que era bastante probable porque me viene a menudo a la cabeza y porque soy como los abuelinos, tengo cuatro historias y las repito hasta la saciedad convencido de que es la primera vez que las cuento. No lo he encontrado, así que creo que no es "repe", pero en caso de que lo sea, acepta mis disculpas.
PRIMER Y ÚLTIMO CAPÍTULO.
Alguien dijo una vez: "Si deseas algo con mucha fuerza déjalo en libertad. Si vuelve a ti, será tuyo para siempre; si no regresa, no te pertenecía desde un principio."
EPÍLOGO
... y pobre del que quiera robarnos la ilusión.
ERDM
decía que no siempre vuelve..
depende de cómo acabe el amor anterior.
A mi cuando llega nunca me avisa,
es un poco maleducado.
Bacino
Hola, iba a decir algo al respecto, pero viendo que no tengo ni tanta imaginación ni escribo tan bien como todos los del blog, me voy a limitar a saludar.
Son, mantenme informada de los viajes y demás
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