No sé por qué razón llevo un tiempo intentando recordar un pequeño pasaje que me encantó la primera vez que leí El Pincipito... ¡Espero que os guste!

–La gente tiene estrellas que no son las mismas. Para unos, los que viajan, las estrellas son guías. Para otros, no son más que lucecitas. Para otros, que son sabios, son problemas. Para mi hombre de negocios, eran oro. Pero todas esas estrellas no hablan. Tú tendrás estrellas como nadie las ha tenido.
–¿Qué quieres decir?
–Cuándo mires al cielo, por la noche, como yo habitaré en una de ellas, como yo reiré en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas. ¡Tú tendrás estrellas que saben reír!
Y volvió a reír.
–Y cuando te hayas consolado (siempre se encuentra consuelo) estarás contento de haberme conocido. [...] Y abrirás a veces tu ventana, así..., por placer... Y tus amigos se asombrarán al verte reír mirando al cielo. Entonces les dirás: «Sí, las estrellas siempre me hacen reír», y ellos te creerán loco.